Estar contento, en paz, con capacidad de disfrute, con mayor tolerancia a la frustración, flexibilidad y capacidad de adaptación a las situaciones nuevas, serenidad, buen ánimo, mayor creatividad, todos estos aspectos son reflejo del bienestar de un niño. Aunque un niño también puede presentar desajustes emocionales y en algunos casos aparecer la ansiedad, sus manifestaciones, además de la emocional, se pueden producir en aspectos somáticos o fisiológicos: tics, dolor de barriga, nauseas, dolor de estómago, hacer pipí con mayor frecuencia de la habitual; en aspectos cognitivos: piensan que no van a saber hacer sus deberes, se sienten inseguros ante las nuevas tareas, ante las personas que no conocen y en aspectos comportamentales: no quieren ir a la escuela, no quieren ir a jugar con sus amigos. Las Flores de Bach pueden ayudar a elaborar muchos de estos aspectos, aportando armonía, seguridad, un estado de ánimo positivo y confianza en las propias capacidades. Rock Rose