El sueño es el guardián del dormir.
Soñamos con el inconsciente, por lo tanto no podemos buscar una coherencia argumental.
Los sueños nos hablan de nuestros conflictos.
Tienen un simbolismo, con unos significados propios para cada uno. Aunque haya símbolos universales, todos tienen una interpretación individual.
Los sueños se desarrollan en forma de metáfora. Los niños sueñan desde el año y medio. Se sueña con la frustración tanto en niños como en adultos. Debemos diferenciar los terrores nocturnos, las pesadillas y los sueños.
Los terrores nocturnos reflejan etapas inmaduras del sueño, donde el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño más profundo a uno más superficial. No son sueños que den miedo, ni el resultado de la actividad del sueño. En los terrores nocturnos se sigue durmiendo aunque los ojos pueden estar abiertos. Se ha de contener al niño, no se le debe despertar, debemos esperar que pasen. No tienen un efecto traumático para el niño.
Lo podemos abrazar, pasarle una toalla fría por la cara y esperar. Al despertar después de un terror nocturno, no se recuerda nada. En los terrores nocturnos no hay un aspecto onírico.
Las pesadillas se pueden explicar porque uno se despierta en el momento en que le está pasando. Los niños pueden sentir mucho miedo, provocado entre otros factores por inseguridades y preocupaciones.
Los miedos muchas veces vienen por falta de información. Se puede hablar de lo soñado para intentar averiguar cuál es la situación que está provocando este miedo. Debemos tener en cuenta qué actividades hacen nuestros hijos antes de ir a dormir para no favorecer situaciones que provoquen precisamente las pesadillas, como pueden ser los juegos o las películas.
Es básico tener establecido un horario regular para ir a dormir. Cuando un niño tiene terrores nocturnos no es consciente y no tiene problemas para irse a dormir. En cambio cuando un niño tiene una pesadilla, no quiere volverse a dormir.
Hay diferentes tipos de sueños, como pueden ser:
Sueños de comodidad o pereza en que se intenta sustituir una acción que se debe hacer, si por ejemplo se escapa el pipí, esto no quiere decir necesariamente que sea enuresis, uno puede soñar que está haciendo pipi en el water y hacérselo encima.
Los sueños de caída son propios de los niños, se llaman cinestésicos, y tienen que ver con el nacimiento.
Tanto para los pesadillas como para los terrores nocturnos algunas de las Flores de Bach nos pueden ayudar.
Rock Rose, es el remedio que utilizamos en las emergencias, cuando hay miedos muy grandes, paralizantes, cuando hablamos de pánico y terror.
Aspen, es el remedio para los miedos que no tienen un origen claro y preciso, no encontramos la razón o una explicación para tener miedo, estos miedos se pueden tener tanto durante el día como por la noche y además las personas que lo padecen temen con frecuencia explicar estos problemas a los demás.
Mimulus, es el remedio para el miedo de las cosas cotidianas, la enfermedad, el dolor, los accidentes, la oscuridad.
Cherry Plum, es el remedio para cualquier tipo de descontrol, y a menudo se utiliza también en problemas de enuresis, tics y epilepsia.
Además de estas flores utilizaremos las flores específicos de cada niño. Recordemos que cada niño tiene una personalidad, un modo de ser, un comportamiento diferente, todos estos aspectos también debemos tenerlos en cuenta para realizar una buena valoración floral y donde la figura del terapeuta floral es básica para ello.
En Cuba, país donde la Terapia Floral forma parte del sistema de salud pública se realizó en el año 2002 un estudio con niños con terrores nocturnos, para valorar los resultados de esta terapia, se hicieron dos grupos con un total de 72 niños, para ver este estudio se puede entrar en la web de Sedibac, en el apartado de investigación.
Soñamos con el inconsciente, por lo tanto no podemos buscar una coherencia argumental.
Los sueños nos hablan de nuestros conflictos.
Tienen un simbolismo, con unos significados propios para cada uno. Aunque haya símbolos universales, todos tienen una interpretación individual.
Los sueños se desarrollan en forma de metáfora. Los niños sueñan desde el año y medio. Se sueña con la frustración tanto en niños como en adultos. Debemos diferenciar los terrores nocturnos, las pesadillas y los sueños.
Los terrores nocturnos reflejan etapas inmaduras del sueño, donde el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño más profundo a uno más superficial. No son sueños que den miedo, ni el resultado de la actividad del sueño. En los terrores nocturnos se sigue durmiendo aunque los ojos pueden estar abiertos. Se ha de contener al niño, no se le debe despertar, debemos esperar que pasen. No tienen un efecto traumático para el niño.
Lo podemos abrazar, pasarle una toalla fría por la cara y esperar. Al despertar después de un terror nocturno, no se recuerda nada. En los terrores nocturnos no hay un aspecto onírico.
Las pesadillas se pueden explicar porque uno se despierta en el momento en que le está pasando. Los niños pueden sentir mucho miedo, provocado entre otros factores por inseguridades y preocupaciones.
Los miedos muchas veces vienen por falta de información. Se puede hablar de lo soñado para intentar averiguar cuál es la situación que está provocando este miedo. Debemos tener en cuenta qué actividades hacen nuestros hijos antes de ir a dormir para no favorecer situaciones que provoquen precisamente las pesadillas, como pueden ser los juegos o las películas.
Es básico tener establecido un horario regular para ir a dormir. Cuando un niño tiene terrores nocturnos no es consciente y no tiene problemas para irse a dormir. En cambio cuando un niño tiene una pesadilla, no quiere volverse a dormir.
Hay diferentes tipos de sueños, como pueden ser:
Sueños de comodidad o pereza en que se intenta sustituir una acción que se debe hacer, si por ejemplo se escapa el pipí, esto no quiere decir necesariamente que sea enuresis, uno puede soñar que está haciendo pipi en el water y hacérselo encima.
Los sueños de caída son propios de los niños, se llaman cinestésicos, y tienen que ver con el nacimiento.
Tanto para los pesadillas como para los terrores nocturnos algunas de las Flores de Bach nos pueden ayudar.
Rock Rose, es el remedio que utilizamos en las emergencias, cuando hay miedos muy grandes, paralizantes, cuando hablamos de pánico y terror.
Aspen, es el remedio para los miedos que no tienen un origen claro y preciso, no encontramos la razón o una explicación para tener miedo, estos miedos se pueden tener tanto durante el día como por la noche y además las personas que lo padecen temen con frecuencia explicar estos problemas a los demás.
Mimulus, es el remedio para el miedo de las cosas cotidianas, la enfermedad, el dolor, los accidentes, la oscuridad.
Cherry Plum, es el remedio para cualquier tipo de descontrol, y a menudo se utiliza también en problemas de enuresis, tics y epilepsia.
Además de estas flores utilizaremos las flores específicos de cada niño. Recordemos que cada niño tiene una personalidad, un modo de ser, un comportamiento diferente, todos estos aspectos también debemos tenerlos en cuenta para realizar una buena valoración floral y donde la figura del terapeuta floral es básica para ello.
En Cuba, país donde la Terapia Floral forma parte del sistema de salud pública se realizó en el año 2002 un estudio con niños con terrores nocturnos, para valorar los resultados de esta terapia, se hicieron dos grupos con un total de 72 niños, para ver este estudio se puede entrar en la web de Sedibac, en el apartado de investigación.
Texto y fotos:
Pilar Vidal Clavería
Pilar Vidal Clavería
Terapeuta floral
Las informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada niño necesita un tratamiento individualitzado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado.